Reflexiones para tí.

VIVIR COMO DIOS MANDA

Ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús.  Romanos 8:1

PortadaJGracias al aeropuerto que lleva su nombre, muchos hemos oído de Fiorello La Guardia. Hasta sabemos que fue el gran alcalde de la ciudad de Nueva York de 1935 a 1945. Sin embargo, muchos ignoramos que La Guardia se desempeñó como juez de una corte policial. Uno de esos días le llevaron el caso de un hombre que había robado una barra de pan. Al ser cuestionado por su delito, el imputado reconoció su falta y aseguró que lo había hecho, no porque fuera un delincuente, sino porque necesitaba alimentar a su familia. Tras escuchar el testimonio del ladrón, La Guardia lo declaró culpable y le impuso una multa de diez dólares.

Si el hombre no tenía dinero ni siquiera para comprar un pedazo de pan, ¿cómo  pagaría la multa? En ese punto fue donde la grandeza de La Guardia se puso de manifiesto. Sacó de su billetera diez dólares y, dirigiéndose al hombre, le dijo: “Yo voy a pagar tu multa”. Luego ordenó al alguacil cobrar cincuenta centavos a todos los presentes en la sala y que entregara el dinero al hombre para que ya no robara más. ¿Por qué hizo eso? Porque para La Guardia todos eran culpables de que alguien tuviera que robar para poder sobrevivir.

La Guardia hizo dos cosas: 1) pagó la multa del ladrón y 2) le proveyó los recursos  para que no volviera a robar. El juez sabía que aquel pobre hombre no precisaba de un discurso sobre ética, sino de una solución material a su problema. ¿No es eso lo que hace Dios con nosotros?

Todos hemos sido acusados ante el tribunal divino. Se nos incrimina de haber  transgredido la Ley de Dios. ¡Y es cierto, somos infractores! No podemos negar lo que realmente somos. No obstante, en lugar de castigar nuestro delito, Dios decidió pagar el precio de nuestra transgresión, y entregó a su Hijo amado por todos nosotros. Por ese acto de misericordia él perdonó todos nuestros pecados.

Pero el Señor no solo nos ha perdonado, sino que además nos ha otorgado su poder para que seamos victoriosos, y “nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda” (2 Pedro 1:3, N VI). Sí, ¡podemos vivir como Dios quiere que lo hagamos!

#VivirComoDiosManda
#SíSePuede

Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco






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